5ª Temporada (2019-2020) – Parte II

Pasó el confinamiento y un desbroce dramático

 

Desde mediados de marzo hasta principios de mayo de 2020 estuvimos severamente confinados por la pandemia. Llovió abundantemente en aquel periodo, como no recuerdo en todos los años anteriores, y con ello la expectativa de una buena cosecha de alcornoques y encinas.

 

A principios de mayo pudimos salir al exterior, con restricciones, y enseguida fui a caminar las Presillas. Todo el agua caída en las semanas precedentes, y las que caerían en las posteriores, habían dejado una vegetación exuberante que me recordaba al paisaje asturiano. La maleza se había asilvestrado y estaba dominada por nueves de cardos de más de 1’5 metros de altura, lo cual hacía extraordinariamente difícil localizar mis arbolitos… y eso me preocupó mucho.




Mi preocupación estaba fundada porque el ayuntamiento comenzó el desbroce esos días, un mes antes de lo acostumbrado, y lo hizo con tractor. El resultado fue que en la primera semana del mayo se perdieron 6-8 encinas de 3-4 años, arrancadas por la segadora mecánica. En respuesta a esta agresión desde las RRSS de EeA se publicaron dos notas los días 10 y 13 alertando sobre el riesgo en que se encontraba la repoblación y denunciando la pérdida de tales árboles.




Hablé del asunto con Carlos C., que descartó el desbroce manual, y la solución que propuso fue que pisáramos o cortáramos con azada las hierbas de alrededor de cada plantón, para que así el tractorista pudiera verla. Bueno, pues un trabajo de chinos: adentrarse en una nube de cardos casi impenetrable, localizar cada árbol como una aguja en un pajar y señalizarlo a golpes de azada con la única energía de los músculos propios; y todo ello en una carrera contra el reloj porque el tractor iba a desbrozar al menos 3 días a la semana. La amenaza era grave y la tarea parecía una misión imposible, pero de inmediato me puse a la tarea... y se hizo! 💪



Aprovechando la flexibilidad horaria que me dio el teletrabajo, cada mañana antes de las 8:00 salí de casa provisto de azada y botas katiuscas para señalizar más de 100 árboles. Algunos días me ayudaron compañeros de EeA como Sergio, Luis, Alma (que también aportó cinta rosa de alta visibilidad) y un amigo suyo que le daba a la azada como si no hubiera un mañana. Gracias compañeros 😃



Para la seguna mitad de mayo todos los árboles estuvieron señalizados, y poco después terminó el desbroce. Conseguimos que nos hubiera más pérdidas que las de primeros de mes, pero había sido un duro trabajo que me llevó desde muy pronto a pensar en soluciones que lo hicieran menos penoso.

 

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